El Bar: La prueba irrefutable de que el cine de Álex de la Iglesia empieza genial y luego se desinfla

La película nos muestra a varias personas, diferentes unas de otras, en un bar en la zona céntrica de Madrid. Hasta ahí, todo normal. De repente, dos asesinatos en las inmediaciones del bar generan un estado de pánico en los presentes, los cuales deciden quedarse encerrados al no saber que está ocurriendo fuera.


Alex de la Iglesia
Como suele ser habitual en la filmografía de Álex de la Iglesia, los primeros actos de sus películas suelen ser brillantes, tanto por el montaje como por el ritmo, generando una sensación de incertidumbre que va impregnando el metraje. En cambio, en el segundo o tercer acto la historia empieza a hacer aguas por todas partes, a desinflarse como un globo al que han pinchado con un alfiler. Pienso que es uno de nuestros mejores y más originales directores, pero casi nunca (salvo alguna excepción que ahora detallaremos) consigue rematar sus películas y entregar un producto redondo o, simplemente, notable.

En mi opinión, las cintas de su filmografía que no sufren de estos típicos bajones son: La Comunidad y 800 Balas.
El ritmo y montaje de la cinta, durante sus primeros 45 minutos, es prácticamente perfecto. Nos mete en situación y hace que veamos todos y cada uno de los diferentes puntos de vista de lo que está pasando y lo que maquinan nuestros personajes. Tras este periodo y hasta el final de los poco más de 100 minutos que dura la película, entramos en el bajón de la historia, ya sea por la resolución que ofrece el guion o por un desatinado uso del montaje.

Un punto a favor de la cinta es la representación de cómo las personas, cuando se sienten acorraladas y les guía el instinto de supervivencia, se muestran tal y como son: seres humanos que sacan a relucir sus bajezas y miserias con el único propósito de no caer uno mismo aunque tengan que caer todos los demás.


Mario Casas
Eso está muy bien representado por todos y cada uno de los personajes interpretados por Mario Casas, Carmen Machi, Secun de la Rosa, Teréle Pávez (impresionante como siempre), Alejandro Awada, Joaquín Climent y Jaime Ordóñez (con una interpretación brutal). Además, Blanca Suárez, con en el personaje más puro e íntegro de la película.

En definitiva, una película con la que pasar un buen rato, nada más. Como suele ser habitual en el cine de Álex de la Iglesia, te dejará con la sensación de que podía haber dado mucho más de sí. Por otra parte, retrata muy bien lo miserables que podemos llegar a ser cuando nos vemos en peligro, sacando a relucir nuestro yo más egoísta e implacable.

Puntuación: 5,5/10



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